🔑 El Diseño Original de Dios: Riqueza y Herencia Reveladas

En nuestro reciente Servicio Dominical, exploramos un mensaje poderoso que desafía la mentalidad de escasez y revela el diseño original de Dios para la vida de Sus hijos. Si te has preguntado cuál es tu propósito o por qué a veces la vida parece estar en desorden, este resumen te dará las claves para reclamar tu herencia.

1. Desorden y Provisión: La Escena de Génesis

El mensaje inició en Génesis 1:1-2 , recordándonos las tres condiciones de la Tierra antes de la intervención divina:

  1. Desordenada.
  2. Vacía.
  3. En Tinieblas.

Pero la clave está en el versículo 2: «El Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.» Esto nos enseña que donde llega la Presencia de Dios, llega el orden, la provisión, el gozo, la salud y la paz.

El Secreto de Edén: Abundancia sin Esfuerzo

El predicador hizo una distinción crucial entre el huerto y el Edén. La palabra hebrea para Edén significa: «Abundancia placentera sin trabajo, sin esfuerzo.» Esto nos lleva al corazón de la paternidad de Dios: La verdadera prosperidad es una Herencia.

Proverbios 19:14: «La casa y las riquezas son herencia de los padres…»

El plan de Dios no es que estemos en escasez. ¡Él ya había colocado oro, bedelio y ónice en el Edén antes de que Adán tuviera necesidad! El desafío es romper con la «paternidad quebrada» y la mentalidad de pobreza que nos ha hecho creer que el «paraíso está perdido».

2. La Mayor Herencia: El Espíritu Santo

Cristo no solo murió por nuestros pecados, sino que también recuperó nuestro acceso a la plenitud. ¿Cuál fue el regalo más grande que Jesús nos dejó al irse? ✅ El Espíritu Santo. La ecuación es clara: Sin el Hijo, no hay Espíritu. Cuando recibimos a Jesús, Su Espíritu viene a morar en nosotros. El Espíritu Santo es nuestro Consolador y Ayudante. Él es el Pastor perfecto que puede atendernos 24/7 y que tiene el poder de transformar nuestra vida, que puede estar desordenada y vacía, en un verdadero Edén.

3. Reclamando Tu Edén de Plenitud

Las promesas de Dios, como las descritas en Deuteronomio 8, son para nosotros: una tierra donde «no comerás el pan con escasez ni te faltará nada.» Pero, ¿cómo traemos este diseño de orden y abundancia a nuestra casa? El pastor fue enfático:

La presencia de Dios no se trae solo con el congregarse. Se trae con la Intimidad.

La fórmula para activar el diseño original de Dios en tu vida es doble y continua:

  1. Orar sin cesar.
  2. Meditar en la Palabra de Dios de día y de noche.

Solo en la intimidad, Dios revela la sabiduría y la inteligencia que nos permiten edificar y llenar nuestra casa de «todo bien preciado y agradable» (Proverbios 24:3-4). El llamado final fue a dejar de orar pidiendo «cubrir necesidades» y empezar a orar para que la bendición «sobreabunde», de modo que podamos ser de bendición para otros y cumplir con el mandato de dejar herencia a los hijos de nuestros hijos.

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